Gabriel CARRASCO HURTADO
Atardecer en la Ventosilla, frente al Castillo y Tierras de
Fuente Tetar; temprana heredad de los más importantes caballeros fronteros del
Reino de Jaén: los Señores de Benavides.
Tierra de pan llevar, calma; suaves lomas…
Cara de poniente, al norte la villa de Jabalquinto, señorío
de estirpes venideras; al noreste la Muy Noble y Leal Ciudad de Baeça, centro
de poder y orgullo terrenal de la familia y donde quisieron yacer: Capilla
Mayor del Convento de Frailes Menores de San Francisco; al fondo la sinuosa
traza, desdibujada por la bruma vespertina de la Peña de los Donceles, cima de
la Sierra del Acero: primeras tierras de su más importante posesión, la Villa y
Estado de Santisteban del Puerto; su feudo. Su hogar.
Este pequeño tesoro quiso Men Rodríguez de Biedma darlo a
la Diócesis de Baeça-Jahen al solo objeto de yacer junto a su esposa en el
pavimento de la capilla mayor de la Catedral de la Natividad de Nuestra Señora de
Baeça.