‘BRONCES IBÉRICOS. UNA HISTORIA POR CONTAR. LIBRO HOMENAJE AL PROFESOR GÉRARD NICOLINI’; EL SANTUARIO DE CASTELLAR

Gabriel CARRASCO HURTADO

Presentación en el Museo Íbero de Jaén

Se acaba de presentar en el Museo Íbero de Jaén el libro 'Bronces Ibéricos. Una historia por contar. Libro homenaje al profesor Gérard Nicolini'.

El acto de presentación ha corrido a cargo de los propios editores, los profesores  Arturo Ruiz, Lourdes Prados y Carmen Rueda, al que se ha sumado el propio homenajeado, el profesor Gérard Nicolini. 

Portada del libro

Bronces Ibéricos. Una historia por contar nace, refieren los editores, como una puesta al día del estudio sobre los bronces figurados en las sociedades íberas (siglos IV al I a. n. e). A través de contribuciones diversas nos introducimos en espacios heterogéneos, que se complementan y enriquecen teniendo siempre a la toréutica ibérica como eje central. Este libro colectivo se presenta como un homenaje al Profesor Gérard Nicolini, uno de los investigadores pioneros que ha centrado gran parte de su trabajo en el análisis de los pequeños bronces iberos procedentes de los santuarios de Sierra Morena y de Murcia. 

En el centro el profesor Gérard Nicolini

Partiendo de este referente común y compartido, nuestro objetivo ha sido asumir el debate crítico actual, incluyendo novedades y colecciones inéditas, con el objetivo de convertir esta publicación en un referente para el análisis de este tipo de material, que es clave para la comprensión de los procesos religiosos y las prácticas rituales de la protohistoria peninsular.

Gérard Nicolini fue el gran impulsor, a mediados de los años sesenta del s. XX, de las excavaciones en el Santuario ibérico de la Cueva de la Lobera.

Proyecciones de los bronces íberos en el acto de presentación

Los bronces de Castellar, los exvotos, constituyen una de las más importantes manifestaciones artísticas y religiosas prerromanas y se dieron precisamente en ese territorio que tenemos perfectamente definido como la Oretania meridional, ese espacio geográfico controlado por la protociudad romana de Cazlona o Castulo.

 'Los exvotos de aquí  se les llaman "mingos" o “mingonotes” por los castellariegos y los tenían en casi todas las casas e incluso los usaban como clavos en las cuadras para atar a las bestias. Luego los vendían al peso a los chamarileros. Cuando se conoció su valor muchos se dedicaron a su venta sacando pingües beneficios. Estos exvotos de Castellar se encuentran en multitud de museos y colecciones privadas. En mi libro de Cuentos y Leyendas del Condado tengo la leyenda de la Dama de Castellar, este exvoto se encuentra en Barcelona.' (Agueda Bautista Zafra)

Fotografías de exvotos del Profesor Gérard Nicolini que ilustran el libro 'Bronces Ibéricos. Una historia por contar'