La literatura es, fundamentalmente, dos acepciones consustanciales:
Arte de la expresión verbal y conjunto de las producciones literarias de una
nación (o de un pueblo), de una época o de un género.
Existe una literatura navera, incluso en cierto modo una
metaliteratura.
Un párrafo del profesor Rodríguez Oquendo resuelve no pocas dudas
sobre la literatura que habitamos:
‘Sólo un sentido literario de la existencia puede servirnos de
catarsis: recuperar la Arcadia infantil mediante la imaginación, utilizar lo
lúdico para olvidar las miserias cotidianas, ver el espectáculo con la lucidez
del que se siente ajeno al festejo, ser ligeros y graves al tiempo, crédulos
sin creer, ingenuos sin ingenuidad, corteses e indiferentes, sólo fieles a lo
esncial, mientras esperamos que la lluvia escampe y salga el sol sobre “el
invierno de nuestro descontento”(1)’
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La
ilustración es un screenshots del Anuario Stella, 1988. On line por Pedro
Hermosilla Pineda. Edición de la Antigua y Real Cofradía de María Santísima
Ntra. Sra. de la Estrella de Navas de San Juan.
(1)
Rodríguez Oquendo, Francisco Juan (1988). Anuario Stella, 33.