En 1902 el tejado metálico (de Zinc) , del que hay
constancia fotográfica, está en tan malas condiciones que un día ventoso se
vuela y cae sobre la Plaza de la Iglesia.
Se
reconstruye con teja árabe esmaltada en los colores blanco y marrón ( blanco
roto y marrón chocolate) con terminación brillo.
De
forma poliédrica a seis aguas forma una pirámide hexagonal.
Las
aristas laterales se rematan con tejas de iguales características excepto en
tamaño; en este caso se triplica con dos funcionalidades: primero, la dinámica
de fluidos, conducir el vertido de las aguas de lluvia y, segundo, dar volumen
y resalte a lo que sería el poliedro exacto.
En
2014, ciento doce años después, varios desprendimientos determinan que es de
necesidad renovar por completo el tejado y se opta por la misma traza, cambiando
los esmaltados de las tejas. En esta ocasión se opta por los colores blanco y
azul (blanco nieve y azul marino).
En
este caso el vértice (el ápice) se sube un poco consiguiendo armonizar las
proporciones del conjunto de la torre campanario.
Acuarela de Lola García Crespo: ‘ Torre de la Iglesia de San Juan Bautista. Con la luz de la tarde de agosto’ (2019)