Gabriel Carrasco Hurtado
Portada del manuscrito “Apuntes
biográficos de
D. Narciso Hebrar y Fernández,
individuo del ilustre Colegio
de farmacéuticos de Madrid” por
Francisco Carrasco y Sagra
en 1.884. © Real Academia
Nacional de Farmacia.
Biblioteca de la Real Academia
Nacional de Farmacia de
Madrid donde se guardan los apuntes
biográficos.
© Real Academia Nacional de
Farmacia.
Don Francisco, su pasión y ejercicio político en el
republicanismo de Pi y Margall, el estudio metódico de su profesión de
farmacéutico, su conciencia social, su tertulia en la rebotica de su oficina de
farmacia de Trebujena en la Provincia de Cádiz, el amor a sus hermanos…
Hoy traemos otro fragmento trascrito de esa Biografía
del que fuera su maestro y ejemplo vital, además de padre político (padre de su
primera esposa, Matilde Hebrard Maestre): Don Narciso Hebrad y Fernández
(natural de Valdemoro, provincia de Madrid y farmacéutico de Las Navas de San
Juan tras exiliarse con la caída de Isabel II).
Entrelineas, en la descripción de Don Narciso,
podemos encontrarnos con verdaderas reflexiones éticas que nos acercan a Don
Francisco Carrasco como observador moral del Hombre.
…/… Siento que la circunstancia de mi parentesco con
el finado no me consienta hablar de su vida tan desproporcionadamente como yo
deseara, y exige la mas severa imparcialidad; mas, no temáis señores
colegiales, que le tribute elogios inmerecidos, ni haya ninguno de vosotros que
por interesado y sospechoso me recuse.
Profesores como el Sr. Hebrar no serán nunca bastante
ponderados, ni por los mismos que muevan la pluma al irresistible impulso de la
pasión mas ciega y que, influidos por el cariño mas acendrado, practiquen con
habilidad los mas refinados hábitos de la adulación y la lisonja.
Estad seguros de que mis alabanzas no serán injustas,
porque ni es verdad que el Sr. Hebrar no llego a ser eminencia, ni a aupar
puestos altos y distinguidos, que es lo que da mas renombre, cúlpose a su
desgracia y a su modestia juntamente, pero en su parte principal a esta última,
puesto que yo no le conocí otras aspiraciones que las de vivir en paz y
honradamente con su querida familia, ejerciendo su nobilísima profesión
retirado de las miserias mundanales. Tenia, sin embargo, grandes facultades y
se le presentaron ocasiones en que pudo llegar a buena altura para relucir
entre la pleyade brillante de sabio profesores que han dirigido el movimiento
científico de nuestra época en España, de cuyo comienzo debió formar parte,
colocado en un sitio de preferencia que su rara inteligencia y sus profundos
conocimientos le hubieran conquistado bien pronto, si un lamentable error de
diagnostico, que luego explicaremos, y las genialidades pueriles, propias de la
edad de las ilusiones, pero siempre perjudiciales en hombre que para el estudio
nacen y que al estudio se deben no le condujeran a rehusar el alto honor que
quiso dispensarle, como a su mas predilecto discípulo, su ilustre maestro D.
Nemesio Zollana?, de feliz recordación, y después para ocupar una vacante en el
profesorado.
5º
El Sr. Hebrar era un astro luminoso destinado a
inundar con sus rayos esplendentes atmósferas mas amplias que la de una triste
oficina farmacéutica, si la causa antes aludida y la sorda tempestad de sus
pasiones volcánicas no le hubieran eclipsado en sus primeros albores. Y si después
su incomprensible y hasta censurable modestia no le encerrara en el mas
pernicioso retraimiento, del que solo salio de tarde en tarde, espoleado por
algunos amigos, para reverberar en la prensa profesional los encientes
destellos de su entendimiento ¿ , aun hubiera podido ser dios de esplendor a la
farmacia patria y llenar paginas brillantes de su historia. Es decir, que el
Sr. Hebrar fue un sabio que vivió oscurecido en su oficina, y que por la
ligereza de su médico, según luego se verá, y por su carácter vehemente amoroso
en su juventud, y en edad mas madura por las contrariedades, pero
principalmente que por todo por su humilde modestia, en el innata, se condeno
puniblemente al ostracismo del silencio y de la indiferencia, de lo que, por
causas que no es este el caso de …/…