Dentro de la tradición de la virgen de la Estrella
subyacen funciones quizá caídas en el olvido, que no en la desmemoria.
Los estadales, lucidos también en fiestas en El Castellar,
Santisteban del Puerto o Sabiote, gustan de ser lucidos por todos los
asistentes a la tradición y transitan entre la artesanía y el arte; aunque
siempre fueron cosa de jóvenes.
Decenas de fotos antiguas atestiguan la hermética y única
presencia de las chicas bordándolos; las labores quedaban para cada jornada en
la casa de la maestra bordadora.
Por supuesto no podía ser firmado ni podía mostrar señal
alguna de su autoría pero sus formas, sus colores, sus motivos tenían el íntimo
propósito de llamar la atención de algún chico en particular, el que pasaba
horas y horas mirándolos, tratando de averiguar las interioridades o los
detalles de cada uno, buscando una intuición; abrigando el deseo más profundo
de ser el comprador de ese preciso estadal.
Lucirlo el primero de mayo sellaba una historia; una
historia para toda la vida.
> > > LOS ESTADALES DE LA VIRGEN DEL COLLADO CORONADA